martes, 6 de enero de 2009

La sombra de un ángel

Hace varios años -una tarde- sentado en la banca de un centro comercial, empecé a escribir una historia; al hacerlo no pretendía nada más que pasar el tiempo haciendo lo que más me gusta. Esa noche me reuní con una persona muy especial en mi vida y le mostré los pocos párrafos avanzados. Recuerdo que, como la mayoría de las veces, para cuando inicie ya tenía un título en mente: Sombra de ángel. Le comenté a groso modo la trama que pretendía desarrollar y el título pensado, me dijo que lo leído le parecía bueno, que la trama sonaba interesante, pero que eso de sombra de ángel no le gustaba como sonaba; tras una breve pausa, mirándome con sus brillantes y tristes ojos, me sugirió: La sombra de un ángel. Repetí el título un par de veces y me dejé convencer.

Hoy, seis años después, cuando esta persona ni se imagina cuanto marcó mi vida antes de salir por la puerta de atrás de mi corazón, me encuentro con un manuscrito archivado, leído y releído no sé cuántas veces -siempre a riesgo de modificaciones-. La sombra de un ángel es un texto que anhelé convertir en mi primera publicación, pero, como tantas cosas en la vida, no pudo ser.

Cuando inicie este espacio creí que no publicaría nada literario sino una especie de diario, los días de un literato a propia ley -como me catalogara el excelente escritor panameño Justo Arroyo-. Ahora me encuentro, como tantas veces, llenando espacios que creí ajenos a la literatura -aunque el nombre lo sugiera- con las palabras de mi ley... Soy un hombre de compleja sencillez o sencillez compleja que ya ha comprendido que su vida sin la palabra escrita no es vida. Por eso hoy quiero mostrar una breve introducción de La sombra de un ángel -mi primera novela- porque creo que es la mejor manera de invitarte a ti, mi amigo lector, a la aventura de conocerme entre las líneas de una pasión:

Existe un suave lazo entre las letras, el arte y la vida. Un espectro universal que desconoce barreras; muchas veces egoísta, siempre genuino y libre. Leer es la mejor oportunidad que se presenta al hombre para ampliar sus horizontes en sabiduría y cultura; es un goce, generador silente de nuevos mundos.Una tarde escuché decir que el primer mandamiento de Dios para con él mismo es respetar las decisiones de los demás; esa tarde empecé a soñar y escribir; descubrí que buscando razones para evadir la realidad hace uno conciencia de lo importante que es mantener los pies bien puestos sobre la tierra, que nada ni nadie puede detener el tiempo. Entendí que estamos de paso por la vida y tanto la amistad como el amor son una aventura que merece disfrutarse plenamente.Amigo lector, lejos de la premeditada intención de agradar siguiendo esquemas, te hallas ante una narración de fantasías, absurdos y realidades. Una ficción social en la que amistad y familia; retos y voluntades; acción, consecuencia y nuevas oportunidades se entrelazan constituyendo una crónica de lo fugaz que puede ser la vida.
LA SOMBRA DE UN ÁNGEL
pronto...

sábado, 3 de enero de 2009

Antes o Después


-¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?-
Desde pequeño he escuchado cientos de frases, unas más inteligentes que otras, pero en particular esta que llama a la más profunda reflexión a quien se atreve a buscarle una respuesta. La eterna interrogante. Bendito Dios, aunque lo que admiro es la historia de un hombre revolucionario que fue condenado a muerte por creer con absoluta seguridad en su ideal.

Envuelto en esta simple cuestión existencial me es imposible no evaluar mi vida y preguntarme por qué diablos me apasiona de tal manera la lectura que me ha llevado a al más lejano punto: convertirme en escritor. Eso fue sencillo, antes que escritor se es lector, pero el asunto cambia cuando intentó separar mi vida en un antes y después del ser escritor y me encuentro en un punto en el que esa respuesta no existe. Nací, crecí y he madurado, pero la vida de un escritor no se define tan fácilmente; si así fuera la literatura sería un cementerio de mediocridad, saturada de simplezas y mampostería barata.

Un escritor crea, pero en la mayoría de los casos, las bases de un escritor están en su vida personal. No vivimos escribiendo una autobiografía, pero sí escribimos mil capítulos de un pasado memorable o tortuoso que deja huella en la memoria; escribimos un universo de sueños por realizar. Somos seres con enfermizo miedo al olvido y sentimos que mientras uno de nuestros personajes sea recordado algo de nosotros continuará presente. Creemos que el tiempo es la comparsa de la muerte, no tememos al tiempo sino al olvido. Un verdadero escritor es un ser bastante egoísta, un buen escritor es un ser de enorme sensibilidad, un escritor apasionado pierde su vida y su tiempo y su espacio… se pierde en los rincones de su memoria que ya no es suya sino de sus personajes. Los personajes le susurran al oído consejos para su vida cotidiana de hombre, hijo, amigo, profesional, amante…

Me he preguntado tantas veces cuando perdí mi vida para empezar a vivir como escritor y no hay respuesta. He leído algunas de mis notas y no tienen fecha, a veces pienso que no las escribí yo, pero si no fui yo, entonces quién… Un personaje… Soy mi propio creador, mi personaje… Soy mi historia… Una novela, un cuento, un poema… Soy un montón de palabras que la gente va descubriendo y aprendiendo a interpretar… Soy lo que tú, mi apreciado lector, quieras que sea. El villano de amargo corazón que asesina, el dócil sirviente que ofrenda su vida, la bestia fuerte, el ángel bueno o el demonio arrogante…

Soy todos y ninguno a la vez, son mi esencia y yo su reflejo… Amalgama literaria… Simbiosis vital… Conjunto sin prioridades…

Y nuevamente la pregunta, primero fue mi vida o mi escritura: No hay respuesta. Cómo responder si antes de escribir mi primer párrafo no era vida lo que vivía, pero sin vivir lo vivido jamás habría podido escribir la más vulgar y corriente palabra…

Si me preguntan o me pregunto nuevamente, responderé que nada importa. Me diré: tranquilo, no pienses en nada y escribe… Escribe como si se te acabara el tiempo, como si en esas últimas palabras lo condensaras para que sepan de una vez por todas quién eres, de dónde vienes y cuan lejos has llegado… Para que nunca te olviden.