lunes, 31 de mayo de 2010

Empatía y Ocaso

Que lo único que hace falta para morirse es estar vivo, así he escuchado a algunas personas de práctica sabiduría; que en la vida, la muerte es lo único que todos tenemos garantizado. Ya he dicho en repetidas ocasiones que no tengo pensamientos suicidas, tampoco soy un tipo deprimido ni autodestructivo, pero sí me atrae la muerte como un elemento natural de nuestra condición animal. En todas las sociedades, religiones y culturas del mundo existen rituales y sitios en los que la muerte tiene una condición de exaltación, respeto y hasta veneración.

Existen relatos y personajes, representaciones usualmente tenebrosas y maléficas. Por eso mi primer escrito involucrando a la muerte fue algo relativamente distinto: La hice hermosa, tierna, sabia y un poco caprichosa; es una mujer enamorada, prácticamente una víctima de las circunstancias.

Empatía, la mayor parte de las personas considera esto un asunto sencillo y corriente, cosa de de todos los días. Que si al vecino le roban el auto se experimenta la empatía porque alguna vez nos sucedió lo mismo o porque somos capaces de imaginar lo que sentiríamos si nos sucediera. Eso es una remembranza o proyección de la imaginación. Empatía es sentir lo que siente la otra persona, ese vecino que ahora -sin su auto- tendrá que levantarse más temprano y usar el transporte público, además de perder la hora de almuerzo por una agobiante reunión con un agente de la compañía de seguros, lo que siente al ver el rostro triste de sus hijos cuyos planes de fin de semana en la playa han sido frustrados. En el aspecto positivo, empatía es sentir como propia la felicidad de otro: El orgullo por la graduación con honores del compañero o la positiva recuperación del padre de nuestro amigo. Irónicamente, pienso que la más genuina empatía es aquella falsa sensación -idea- de estar en frecuencia con el sentir ajeno cuando en realidad se trata de nostalgias, ilusiones y hasta envidias.
Un escritor -como buen artista- es un individuo con una sensibilidad especial, con la capacidad de percibir el sentimiento de otros aún sin compartirlo y poder plasmarlo como propio en su creación literaria; en sus personajes, ambientes y recreación de circunstancias para sus lectores, esas personas dispuestas a dejarse envolver por el escrito que se reproduce en su mente. Cuando escribo anhelo llegar a un lector que pueda identificarse, siquiera un instante, con lo que escribo. Acercarnos mutuamente a pesar de la evidente ausencia.
La literatura es un universo de posibilidades. Acontecimientos y protagonistas que por decisión de su creador -aunque a veces poseen voluntad propia- evolucionan a ritmos diferentes buscando un desenlace dentro del texto que -incluso en los finales abiertos- alcanza su ocaso. En el punto final de la intimidad de tinta y pupilas, cuando la conclusión parece inevitable: He ahí el momento preciso, el despertar de nuevas inquietudes que alcen la voz.

domingo, 30 de mayo de 2010

Renovación Personal

En ocasiones me pierdo en el silencio o entre demasiadas palabras, pero siempre hay un horizonte, un norte, un destino al que anhelo llegar. En ese destino hay gente, hay ángeles, hay luciérnagas, hay amistades maravillosas y todo un universo de palabras... En ese sitio vamos a encontrarnos -Tú y Yo- muy pronto.

viernes, 28 de mayo de 2010

¡¿Apostar por la CULTURA?!

Sí...

Quizás es el próximo paso a mi completa e irremediable pérdida de la razón... La idea -IDEAS- ha estado presente en mi mente desde hace mucho tiempo y entre un poco de suerte, cambio de actitud y MUCHO DE NECEDAD ahora estoy revisando notas, intercambiando opiniones y contactando talentos: Galerías de arte, recintos teatrales, cafés, revistas... Fotografía, actuación, literatura, diseño, pintura... Amateurs y Profesionales... De tiempo parcial y completo...

Vivo en un país en el que estas ideas no son las más comunes y mucho menos si no se posee una condición "privilegiada" para tomarlas por pasatiempo, porque decidir tomarlas en serio como estilo de vida o empresa es demasiado pensar... Lo cierto es que destino y vocación, una y otras tantas veces, me llevan a las mismas condiciones: CREAR...

Ya no es solamente el deseo de crear y mostrar mi trabajo, compartir mi creación con el mundo... ¡NO! Ahora deseo, cuasi necesito, compartir el trabajo de otras personas, unirme a ellas, producir en conjunto, apoyar otros talentos...
¡¿Apostar por la CULTURA?!
¡Sí!
Imagen tomada del sitio: www.carlosbadillo.com

miércoles, 19 de mayo de 2010

"No temo a la muerte, pero me atormenta el olvido" FLP

Son más o menos las palabras que emplea el protagonista en mi novela inédita... Es probablemente lo más mío puesto en las circunstancias del personaje. Durante la tarde y ahora de madrugada he vuelto a pensar en eso -hay quien dice que yo pienso demasiado- y siento la misma angustia... Pensar que algo puede suceder a mis amigos o a alguien de mi familia, a alguien especial y no enterarme... Que algo me suceda y ellos no puedan enterarse... Que perdamos contacto y todo se torne nada... Siento la pena que llega cuando a veces recuerdas a alguien que ya no está; entonces el consuelo es que aún le recuerdas, pero la pena de tener que admitir que su imagen se va borrando de tu memoria y sentir la duda de si un día también el recuerdo desaparecerá...
Hoy escribo algo que ya he escrito, hace rato no escribo nada nuevo: Escribo para confesar mi temor... Escribo, porque las palabras son lo único que tengo para dejar cuando me vaya... Escribo para que no me olviden.

lunes, 10 de mayo de 2010

De lo prohibido y los rumores...

Sucedió hace unos días; no sé muy bien si ando filósofo, poeta o ridículamente enamorado... Lo cierto es que por todos lados ando escribiendo mensajes cortos -versos se atreven a decir algunos-. Conversaba con mi amigo poeta -sensual poeta- y a uno de sus comentarios opiné...

"...El placer de lo imposible

la sorpresa de lo inesperado

un beso de tu boca..."