viernes, 4 de marzo de 2011

El precio de un bicho

Me he acostumbrado a ir por el sendero adjunto; ese que lleva por la misma ciudad y puede terminar en el mismo destino que el tuyo, pero que definitivamente ofrece una visual distinta en su trayecto: La ciudad, la gente, la política, el arte, la vida...

A veces me veo con desapego al individuo que soy y al mismo tiempo puedo pensar como tal... Como tener 2 cerebros o doble personalidad, pero no alternantes sino constantes. Soy diferente en muchas cosas y muy parecido en otras. Soy un tipo normal, sólo que me doy la libertad de pensar y sentir en base a mis propios parámetros -que van más allá de los estereotipos y lo generalizado sin más razón ni cuestionamiento-.

En consecuencia, no llevo el ritmo ni el estilo de vida predeterminado -entendido y aceptado- socialmente. Además, es muy probable, casi seguro, que tampoco busque las mismas condiciones ni me estimulen los mismos intereses que a la mayoría.

Ser como soy
Vivir como vivo
Sentir como siento
Decir lo que digo
Todo tiene un precio: Escribir lo que escribo.

Mi vida representa un alto costo, posee un gran valor que yo mismo fijé y pago con sacrificio, a veces con retrasos en las letras pactadas (sujetas a modificacion sin previo aviso).

Cambios constantes, es lo único permanente en mí, aunque irónicamente todo lo mío parece inalterable.... Siempre ha sido igual, siempre estoy expuesto al cambio, aunque todo esto parezca un rosario, una letanía repetida permanentemente, como un círculo interminable.
Por todo lo que acabo de contarte, a veces me siento un bicho... Pero saber que puedo expresarme como lo hago ahora me hace sentir privilegiado, entonces me siento más que raro: Fenomenal.

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